jueves, 3 de julio de 2025

De la guerra comercial a un nuevo acuerdo

Todos recordamos la mediática guerra comercial que inició Donald Trump a partir de marzo. El punto más álgido de este conflicto fue la escalada de tensiones con China. Sin embargo, a fines de junio, ambos países firmaron un nuevo acuerdo comercial que eliminó varias de las restricciones impuestas y reactivó las exportaciones entre ambas potencias.

¿Qué sucedió exactamente? La respuesta provino desde Pekín, donde las autoridades anunciaron que estaban acelerando la aprobación de exportaciones de tierras raras, materiales fundamentales para la fabricación de productos de alta tecnología, como los vehículos eléctricos. China, que domina la extracción mundial de estos minerales, había impuesto límites a sus exportaciones, lo que se convirtió en un punto clave de discordia durante las negociaciones.

El acuerdo alcanzado incluyó la flexibilización de restricciones y la aprobación de nuevas licencias de exportación para tierras raras, lo que permitió reactivar el flujo de estos materiales críticos hacia Estados Unidos y otros mercados. Esta medida fue vista como un paso importante para reducir las tensiones y garantizar el suministro de insumos esenciales para la industria tecnológica global.



Euronews.com


jueves, 22 de mayo de 2025

China y la innovación en tecnologías críticas

El despliegue de las llamadas tecnologías críticas ha adquirido una enorme importancia. Este término se utiliza para referirse a una amplia variedad de campos tecnológicos esenciales que abarcan defensa, espacio, robótica, energía, medio ambiente, biotecnología, inteligencia artificial (IA), materiales avanzados y áreas claves de la tecnología cuántica.

En los últimos años, el entorno geopolítico ha puesto en el centro del debate la hegemonía en estos sectores. El crecimiento de China ha generado una nueva realidad: una confrontación estructural con Estados Unidos que está afectando el desarrollo y despliegue de estas tecnologías críticas.

A fines de 2024, el Australian Strategic Policy Institute (ASPI) publicó su último informe con antecedentes del Critical Technology Tracker, sistema que "rastrea" tecnologías críticas y campos cruciales que abarcan la defensa, el espacio, la energía, el medio ambiente, la inteligencia artificial (IA), la biotecnología, la robótica, la cibernética, la informática, los materiales avanzados y las áreas clave de la tecnología cuántica. Este último informe considera 21 años de datos (2003-2023) y 64 tecnologías críticas. 


ASPI’s two-decade Critical Technology Tracker: The rewards of long-term research investment


Entre 2003 y 2007, Estados Unidos encabezaba 60 de las 64 tecnologías, mientras que China solo lideraba en 3. Sin embargo, entre 2019 y 2023, Estados Unidos lideró únicamente 7 de las 64 tecnologías, mientras que China dominó 57.

 

Ya en el informe anterior de 2023, se señalaba que la Academia China de Ciencias ocupa posiciones destacadas en muchas de estas tecnologías y una quinta parte de los artículos de alto impacto chinos son escritos por investigadores formados en países de la alianza de los Cinco Ojos (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos), lo que refleja la importancia de la importación de talento y conocimiento para su avance tecnológico. 


India también está emergiendo como un centro clave de innovación y excelencia en investigación global, estableciendo su posición como una potencia científica y tecnológica. Esta nación ahora se encuentra entre los 5 primeros países en 45 de 64 tecnologías (un aumento de 37 el año pasado). 


ASPI desarrolla también, un indicador de riesgo de monopolio de tecnologías; algo que nos recuerda al concepto de "tecnología dominante". El número de tecnologías clasificadas como de "alto riesgo" ha pasado de 14 tecnologías el año 2023 a 24 en la actualidad. China es el país líder en cada una de las tecnologías recientemente clasificadas como de alto riesgo, lo que pone a un total de 24 de las 64 tecnologías en alto riesgo de un monopolio chino. Entre éstas 24 tecnologías se encuentran muchas con aplicaciones de defensa, como el radar, los motores de aviones avanzados, los drones, los robots de enjambre y colaborativos, y el posicionamiento y la navegación por satélite.


Como señaló Isabel Gacho en 2020, el “Fin de la Historia” de Fukuyama fue solo un paréntesis. Hoy, Estados Unidos y China libran una batalla por el dominio de estas tecnologías y por sus planes de seguridad económica. A esta complejidad se suma la lucha por el acceso a las tierras raras y las inversiones en logística global, elementos clave para el control tecnológico.

El seguimiento de estas tecnologías a nivel global, mediante herramientas como el Critical Technology Tracker de ASPI, junto con el análisis de las tensiones geopolíticas, permite anticipar escenarios futuros y reducir riesgos en la toma de decisiones estratégicas. 


La duda hoy es si serán suficientes las maniobras geopolíticas de Estados Unidos, desde Groenlandia hasta Ucrania y Rusia, para afectar el rápido avance de China en tecnologías críticas (Europa y su lamentable posición, da para otra entrada). 


Sergio Cerda González

Magister en Gestión Tecnológica


viernes, 12 de diciembre de 2014

Políticas medioambientales mas exigentes no afectan la productividad

Las políticas ambientales abordan objetivos de bienestar y sostenibilidad, afectando el comportamiento de empresas y hogares. Un nuevo indicador desarrollado por la OCDE (Environmental Policy Stringency, EPS) muestra que las políticas ambientales han vuelto más estrictas en las últimas dos décadas.

La imagen permite observar el creciente grado de exigencia en políticas medioambientales. 




Políticas ambientales más estrictas han tenido poco efecto sobre el crecimiento de la productividad

De acuerdo a lo informado por la OECD, las políticas ambientales han estimulado sólo ajustes a corto plazo al crecimiento agregado de la productividad. Sin embargo, han dado lugar a varios efectos dentro de la economía. Las industrias tecnológicamente más avanzadas y las empresas han visto un pequeño aumento en la productividad, posiblemente debido a que estaban en la mejor posición para adaptarse. Las empresas menos productivas han visto caer más su productividad.


El crecimiento "más verde" requiere de políticas ambientales estrictas que sean flexibles y minimicen las barreras a la entrada y competencia

La elección y aplicación de los instrumentos de política ambiental parece ser crucial. Los instrumentos flexibles, basados en el mercado como los impuestos y los derechos de emisión resultan ser más amigable con el crecimiento de la productividad. Las políticas ambientales por otra parte pueden crear obstáculos a la entrada y la competencia - por la imposición de cargas administrativas adicionales a la creación de empresas. 

Un nuevo indicador de las cargas sobre la economía debido a las políticas ambientales (BEEP) muestra que las barreras a la entrada y la competencia, y la consideración dada a los efectos económicos de las políticas ambientales varían notablemente entre los distintos países, pero no están relacionados con el rigor de las políticas ambientales. Por lo tanto, las políticas ambientales rigurosas pueden y deben ser implementados con barreras mínimas para la entrada y la competencia.

Las políticas medioambientales y el crecimiento de la productividad deben caminar juntos.

Tomado de http://www.oecd.org/ Better policies for better lives

viernes, 24 de octubre de 2014

El papel de la Inteligencia Competitiva en la Innovación


Dos procesos de importancia creciente para las empresas son la creación de tecnología y el espíritu emprendedor, que se han consolidado bajo el concepto de innovación. El desarrollo de ventajas competitivas, por su parte, requiere disponer de un sistema que descifre las numerosas señales emitidas por el entorno y los mercados y permita observar la interacción de los factores que están operando. Esta organización o modelamiento, así como el tratamiento de la información son necesarias para definir las estrategias de innovación.

Una empresa que tenga acceso a información valiosa para su competitividad, en una forma oportuna y adecuada, que cuente con una cultura en la que se promueva la discusión y donde los miembros clave de la empresa mantengan contactos con fuentes externas de información, y más importante aún, que pueda transformar esta información en un producto "inteligente", es decir, que brinde resultados de alto valor estratégico, verá incrementada significativamente sus posibilidades para obtener innovaciones exitosas[1].

Este esfuerzo es ineludible si se considera la creciente complejidad del entorno económico, que dificulta la detección de señales y el análisis de los factores. A lo anterior se suma la existencia de una sobreproducción científico tecnológica que provoca una saturación en la información. La vigilancia supone, por tanto, el diseño de sistemas que nos alerten sobre los cambios o las amenazas provenientes del entorno, identificando las tendencias en materia de tecnologías.


El esfuerzo de vigilancia contribuirá a la innovación de procesos y productos, respaldando la generación y detección de ideas y nuevas soluciones. Permite, a su vez, ahorrar recursos al precisar la conveniencia de determinados proyectos de I+D+i.


Estudios han comprobado la existencia de una relación positiva y significativa entre las capacidades de gestión y de vigilancia tecnológica, y las diferentes medidas de la capacidad de innovación. Existe un importante vínculo entre el conocimiento tecnológico explícito y tácito,  y dos elementos esenciales para la gestión del conocimiento, la capacidad de vigilar y la capacidad de gestión tecnológica[2].

Una buena Vigilancia Tecnológica debe permitir conocer las tecnologías en que se está investigando (publicando o patentando) en una determinada área, las soluciones tecnológicas disponibles y aquellas emergentes, así como las líneas de investigación y las trayectorias tecnológicas de las principales empresas que compiten en el área. Es evidente que estas informaciones no sólo sirven en proyectos de innovación concretos sino que son de inestimable valor para la elaboración de la estrategia empresarial, entendida como la elección, tras el análisis de la competencia y del entorno futuro, de las áreas donde actuará la empresa y la determinación de la intensidad y naturaleza de esta actuación[3].

Las herramientas de gestión de la tecnología resultan de utilidad para el proceso de vigilancia tecnológica, dado que su conocimiento y manejo permiten optimizar la eficacia de la vigilancia al conocer mejor su contexto, grado de desarrollo y posible evolución; como pueden ser los árboles tecnológicos y las matrices tecnológicas; que facilitan la evaluación del significado de cualquier movimiento o desarrollo tecnológico de los competidores[4].

Si la innovación tecnológica que estamos posicionando se basa en los actuales enfoques tecnológicos implementados en la práctica, la llamamos una innovación incremental. Si, en cambio, se basa en un dominio científico y de ingeniería diferente, la llamamos radical. El lema de la primera es "Mejor", mientras que el de la segunda es "La próxima generación". Las innovaciones incrementales tienden a ser fácil de adoptar porque requieren reeducación menor de los participantes y, probablemente, se puede utilizar con la infraestructura existente las innovaciones radicales normalmente son más difíciles de adoptar. Una de las cosas importantes sobre tecnologías radicales es que una vez que se incorporan en el diseño dominante tienden a adaptadas para nuevos usos. Estas adaptaciones a menudo proporcionan funcionalidades y características no previstas cuando inicialmente se introducen[5].

A partir de la información recogida y validada, la organización va a dar sentido a la información: cruzando la información recopilada y poniendo los elementos en perspectiva, poniendo la información en su contexto, analizando a través de sus conocimientos y experiencia el valor y alcance de la información recopilada, interpretando la información, construyendo escenarios, proponiendo cambios y orientando la estrategia de la organización cualquiera fuera. Así  la información valorizada debe ingresar en los Procesos de Decisión de las organizaciones y facilitar procesos tales como los siguientes: 
a) Generación o abandono de nuevos proyectos o programas de I+D. 
b) Compra y/o Venta de tecnología. 
c) Contratación de expertos exteriores. 
d) Colaboración con entidades externas, centros tecnológicos, universidades y empresas. 
e) Cambios en la estrategia tecnológica de la organización. 
f) Externalización de ciertas tareas de I+D[6].



[1] IALE (2010). Curso de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva.
[2] Díaz D., N. 2006. “El conocimiento organizativo tecnológico y la capacidad de innovación”. Cuadernos de Economía y Dirección de Empresas. N° 27.
[3] Escorsa C., P., M. Bosch, R. 2002: “La vigilancia tecnológica, un requisito indispensable para la innovación”. Seminario de Gestión del Conocimiento, EOIAmérica.
[4] Sánchez S., F., M. Cruz González. 2012: “Desarrollo de Sistemas de Vigilancia Tecnológica en la Acuicultura Española”. Journal of Technology Management & Innovation. Volume 7.
[5] Speser P. 2006: “The art & science of technology transfer”. John Wiley & Sons, Inc., Hoboken, New Jersey.
[6] Perez, N. 2011. “Herramientas estratégicas para la gestión de la innovación: ¨vigilancia tecnológica e inteligencia organizacional¨. Programa Nacional de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva - Programa VINTEC.

martes, 14 de octubre de 2014

Inteligencia Competitiva, una disciplina en construcción*.

La gran variedad de actividades incluidas en los procesos para generar inteligencia y la implicación de diferentes áreas funcionales hacen que la IC sea el resultado de la integración de diversas disciplinas.

Las actividades de IC suelen vincularse a dos áreas dentro de las funciones de las organizaciones. Una primera aproximación asocia la IC como una disciplina dentro de la Gestión del Conocimiento y de la Información. Por otro lado se ha asociado a la IC a la Administración y Dirección de empresas, particularmente al área de Marketing y Dirección Estratégica. Todas ellas realizan un aporte a las actividades de IC.

En los años 80 y 90 se introducen de manera formal las herramientas y prácticas de IC como función vinculada a la planificación estratégica. Las prácticas de IC han tenido origen en el sector privado, con el objetivo de ganar ventajas competitivas. El análisis de información del entorno competitivo es fundamental a la hora de establecer planes de acción o introducir nuevos productos o servicios.

Esta necesidad privada de reducir las incertidumbres ha ocasionado que la práctica de IC haya ido por delante del corpus teórico. Progresivamente el análisis de las prácticas de IC se ha incorporado al ámbito académico, permaneciendo el debate acerca de si es parte de otras disciplinas o una disciplina emergente que construye sus propios modelos teóricos, métodos y herramientas[1].

Las herramientas de análisis en la IC provienen de los campos de la  administración estratégica, el marketing y la prospectiva. La teoría de la organización y más concretamente la gestión estratégica y el proceso de innovación, recalcan la importancia de vigilar el entorno. La dirección estratégica pretende detectar de manera precoz los cambios en el entorno y asegurar la adecuación de la organización a este. También la administración como disciplina aporta los modelos, herramientas y técnicas de análisis para generar inteligencia. Ejemplos de lo anterior son los diferentes modelos de análisis competitivo, tales como los desarrollados por Michael Porter[2].

El marketing realiza importantes aportes a las prácticas de IC, partiendo del importante paradigma de orientación al mercado, la necesidad de conocer información sobre los clientes, los competidores y el entorno. Las técnicas y métodos cuantitativos y cualitativos utilizados por el marketing para analizar la demanda y la competencia han sido desarrollados y complementados con otros métodos por la IC.

La captura y análisis de la información son la base para la adecuada toma de decisiones. La ciencia de la información aporta el marco teórico, pues su misión es servir las necesidades de información de la organización, siendo entonces sujetos de estudio tanto el usuario como las herramientas de búsqueda, la captura, el almacenamiento (indexación, catalogación, evaluación de obsolescencia) y la distribución. La ciencia de la información contribuye igualmente con la informetría (que contiene las anteriores esferas de la bibliometría y la cienciometría) como técnica de análisis.

Para el almacenamiento, explotación y diseminación de la información, la ingeniería informática aporta el diseño de la infraestructura informática. Esta importante y reciente disciplina permite ejecutar aplicaciones en el entorno, desarrollar softwares especializados, implementar proyectos de almacén de datos (data warehouse) y realizar minería de datos a través de asociaciones o cluster mapping. Las plataformas de vigilancia son otro de los aportes, así como modelamientos de datos y herramientas de visualización, todo lo anterior orientado a la mejor toma de decisiones.

De este modo visto, los servicios de información tradicionalmente desarrollados en las bibliotecas especializadas y de empresas para la actualización continua de los técnicos, gerentes e investigadores, ya no consiguen suplir todas las necesidades a las que se enfrentan las instituciones en lo qué se refiere al escenario mundial de internacionalización y globalización de la economía. La adquisición de publicaciones especializadas, la suscripción de periódicos impresos y virtuales, el uso de bancos y bases de datos remotos, el acceso incondicional a Internet en las instituciones, por sí solo no transforma ese universo de información en productos de inteligencia. Ese panorama de “exceso de información”, deberá ser analizado y transformado en productos de inteligencia para la toma de decisión en los altos cargos de las empresas e instituciones[3].

Finalmente, la prospectiva (future studies) permite el diseño de análisis prospectivo y diseño de escenarios, metodologías que constituyen uno de los alcances más avanzados en las prácticas de IC.

Son evidentes los puntos comunes entre los diferentes ámbitos del conocimiento. En la actualidad se construye el corpus teórico de la IC a partir de reconocer los aportes de diferentes disciplinas. Las áreas más predominantes en este proceso son la administración estratégica, la gestión del conocimiento y la ciencia de la información.



Artículo publicado en "Inteligencia Competitiva". Centro de Competitividad del Maule 2014. Universidad de Talca - Chile.
[1] Parker, K., Nitse y B. Daveh (2008): “History of computing education trend: the emergency of the Competitive Intelligence”
[2] Porter, M. (2009): “Ser competitivo”. Ediciones Deusto, Harvard Business Press.
[3] Lopes, L. (2010): Minería de Datos para Inteligencia Competitiva. Organización Delfos. Ministerio de la Informática y las Comunicaciones. Cuba.

viernes, 10 de octubre de 2014

¿Qué es Inteligencia Competitiva?

Concepto de Inteligencia Competitiva

La Inteligencia Competitiva (IC) es una actividad impulsada desde las prácticas surgidas en el sector empresarial  y posteriormente ha sido desarrollada y analizada desde los ámbitos académicos.

El término Inteligencia Competitiva coexiste con otros términos para referirse a la misma idea o a ámbitos concretos de la actividad, esto es: recogida y gestión de la información para la generación de inteligencia. Los términos más empleados para denominar estas actividades son Inteligencia Competitiva (Competitive Intelligence), Vigilancia, seguido de diferentes términos dependiendo del área específica de observación (vigilancia tecnológica, comercial, de la competencia), Exploración del Entorno (Enviromental Scanning), Inteligencia Económica o de negocios, Inteligencia Territorial e Inteligencia Social.

Suele referirse a la evolución del concepto inicial de Vigilancia hacia el de Inteligencia Competitiva. Un argumento se refiere al atributo de observación pasiva del entorno de la primera, es decir, mirar fuentes con el objetivo de encontrar algo interés o relevante en contraposición a la observación más activa de la IC, es decir, una búsqueda más focalizada en fuentes y temas seleccionados, con mayor énfasis en el análisis y la presentación de resultados[1]. El segundo argumento se refiere al alcance del proceso, considerando que la IC avanza más allá de la recopilación hacia el análisis y presentación adecuada para la toma de decisiones. El tercer argumento se refiere al carácter global de la IC, que integra los resultados parciales de la vigilancia en diferentes ámbitos.  

Algunos autores consideran los términos Vigilancia, Enviromental Scanning e Inteligencia Competitiva sinónimos. La preferencia en el uso por uno u otro respondería más a tradiciones históricas y culturales, pues hacen referencia a prácticas similares, cuya diferencia finales dependen del desarrollo de las organizaciones que las realizan[2].

La Inteligencia Territorial, por su parte, se refiere a actividades realizadas por instituciones y administraciones públicas locales, regionales o estatales. Su origen es francés y busca la creación de riqueza, el desarrollo económico y social junto con la planificación de políticas de desarrollo, todo a partir del conocimiento de los territorios y sus recursos. La Coordination Action of the European Network of Territorial Intelligence (CAENTI), considera la inteligencia territorial como el conocimiento necesario para comprender las dinámicas y estructuras territoriales, así como las herramientas utilizadas para generar y utilizar dicho conocimiento. Todo para impulsar y garantizar el desarrollo económico sustentable[3].

Para algunos autores la IT puede ser considerada como una respuesta política a los cambios de una economía abierta[4].

La inteligencia Económica (IE), es un término surgido en Francia por influencia anglosajona, durante los años 90, particularmente luego de su inclusión el año 1994 en el XII Plan du Commisariat Général au Plan, conocido como Rapport Martre. Este término se ha considerado como traducción del término Inteligencia Competitiva. Algunos autores señalan diferencias entre la IE y la IC, al considerar a la IE más amplia que la IC, pues considera la protección de los activos de información de las organizaciones, es decir, la gestión de los riesgos de información y la influencia en el entorno.

Por último, la Inteligencia Social se refiere a temas de estudios en diferentes ámbitos o campos del conocimiento, tales como la sicologías, las ciencias de la educación, sociología cultural y ciencias de la información. Es un término menos asociado a la IC y se refiere más bien a actividades de gestión de la información cuyo objetivo es la definición de políticas y acciones en el ámbito social.

El Centro de Competitividad del Maule ha derivado en la diferenciación ente Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva, vinculada directamente con la práctica y las herramientas utilizadas, así como los productos entregados. Mientras los Reportes de Vigilancia Tecnológica ofrecen una actualización en materias específicas y se apoyan en la plataforma informática de recolección e indexación de novedades, los Informes de Inteligencia Competitiva buscan identificar tendencias y anticipar eventos que pudieran representar amenazas u oportunidades, apoyándose en el análisis de bases de datos de patentes, publicaciones científicas, proyectos, el uso de herramientas de visualización y la captura de información menos estructurada.  





[1] Tena J., A. Comai. 2006: “Inteligencia Competitiva y Vigilancia Tecnológica. Experiencias de implantación en España y Latinoamérica”. EMECOM Ediciones.
[2] Escorsa, P., y R. Maspons. 2001. “De la vigilancia tecnológica a la inteligencia competitiva”, Madrid, Prentice-Hall.
[3] Territorial Intelligence Portal. http://www.territorial-intelligence.eu/  
[4] Pautrat, R. y E. Delbecque 2008 “Territorial Intelligence”. International Journal of Economis Intelligence.

De la guerra comercial a un nuevo acuerdo

Todos recordamos la mediática guerra comercial que inició Donald Trump a partir de marzo. El punto más álgido de este conflicto fue la escal...